Los discos inadvertidos de Desorden Público
Hace poco más de una semana Desorden Público estrenó la canción “Los que se quedan, los que se van” con su respectivo video, en el que se habla de un fenómeno que afecta crecientemente a la sociedad venezolana, un tema recurrente en conversaciones y que se manifiesta claramente en la composición de Horacio Blanco.
La mayoría de las personas han elogiado la pieza, otros han criticado la simpleza del ritmo y de la letra, clara y directa, sin lugar a muchas interpretaciones. Está bien la diversidad en las reacciones, pero lo que más me ha llamado la atención es que tanto los que han alabado o cuestionado el tema, han dejado en claro su preferencia por las canciones de la agrupación de hace dos décadas. Se refieren al “viejo Desorden” o a “la época de ‘Tiembla”. Pareciera que dos discos del grupo hubiesen pasado inadvertidos. Me refiero a Estrellas del caos (2006) y Los contrarios (2011).
En los conciertos muy pocos son los que corean “Política criminal” o “Dispersos”, pues ambos álbumes no tuvieron la repercusión mediática de Plomo revienta (1997) o Canto popular de la vida o muerte (1994), pero eso no quiere decir que las producciones no valgan la pena. Más bien son discos de los que se pueden elegir piezas que considero de las mejores de su obra.
Si bien la banda sigue captando la atención del público, buena parte de sus seguidores empezaron su vínculo con el conjunto cuando eran adolescentes. Ese fervor por diversas razones disminuyó, la curiosidad empezó a no ser la misma en la adultez y no hubo continuidad. A eso hay que aunarle la ausencia de una industria musical en el país que fortalezca la difusión, aun en época de redes sociales.
Por eso, y ante los comentarios enfocados en el pasado más remoto de Desorden Público, comparto una selección con algunas de las canciones de esos dos discos que considero que vale la pena reivindicar.
