Es poco común encontrar a personas a quienes les guste el Vallenato, y a la vez, que les guste el Rock. También pasa al revés, pocas son las personas a quienes les gusta el Rock y gustan del Vallenato. Desde pequeña siempre preferí el Rock, pero comencé a escuchar Vallenatos sin querer, solo porque mis vecinos los esuchaban.
Así, crecí con esas canciones en mi memoria, y aunque no era afin esa melodía, con el tiempo me acordaba de las letras, que para mí eran solo letras.
Tiempo después conocí agrupaciones que versionaban canciones ya conocidas en varios géneros. Desde el Rock al Jazz, del Rock al Merengue, del Vallenato al Reggaeton, pero siempre me pregunté, ¿y si se versiona el Vallenato en otro género como el Rock?
A unos músicos rockeritos les comenté esta inquietud, y a la mayoría les pareció una ofensa. Yo, por mi parte seguí tratando de escuchar las letras y algunas me empezaron a gustar, pero no tanto como para escucharlos todo el tiempo. Solo era algo de un momento.
Si bien, los ritmos que surgen en un área similar como la playa, permiten que otras personas con las mismas características regionales se conecten. Y así fue, la música hizo lo suyo. Acompañando a un amigo para que no se quedara dormido mientras conducía le pregunté sobre sus gustos musicales. Cabe destacar que son bastante interesantes cuando él está trasnochado (sin dormir toda la noche).
Y de repente, puso esta canción (Hoja en blanco) yo me sabía la letra y el ritmo, pues mis vecinos la escuchaban muchas veces.
De repente, los dos, como últimamente acostumbramos hacer, comenzamos a cantar Y vuela vuela por otro rumbo, mientras que entramos a un túnel de Caracas. Yo le pregunté al conductor del vehículo ¿Sabes qué quiere decir esa canción?. A lo que él respondióo: Un tipo (hombre) dejó ir a una tipa (mujer) por gafo (bobo, lento) y se fue con otro.
Más o menos así, fue lo que me comentó. En ese momento, la canción y la situación no tuvo mayor relevancia, pero unos días después, por cosas que pasan, estaba muy confundida sobre una situación, y uno siempre busca esos ritmos que lo hacen feliz, sobre todo cuando hay tristeza o melancolía. Solo para levantar el ánimo. Y la música contra todo, lo logra, la mayoría de las veces.
Escuché la canción nuevamente, y la letra casi me hace llorar, me pareció tan triste la historia. Fue como una película que comenzaba asociarse a eventos de la vida, de mi vida.
Luego, me dí cuenta que el sonido del Reggae me había invitado a escucharla con detenimiento, pero la canción orginal, en Vallenato, que hasta donde tengo entendido es un tema que se escribió para ese género, es muy necesario, porque le confiere todo su significado.
Allí, está el poder de la música. Conectando vidas e historias a través del tiempo y el espacio.
Esa segunda vez en la semana que la escuché, amé la forma en la que se escribió esa historia, tan simple y tan poética, tan romántica, propio del pensamiento latino, pero al igual que cuando miras una película, pasa cuando escuchas una canción, a veces no quedas contento con el final de la historia.
No entendía por qué si el autor amaba a la musa de la canción la dejaba ir. Y luego recordé un refrán que decía, "Si amas algo, dejalo ir. Si vuelve, es tuyo"
Ahora comprendo que no se necesita tanto valor para amar, sino para dejar volar a esa persona que amas porque no te queda de otra, porque quieras que sea feliz o porque sabes que se va volver a ir.
Independientemente de los resultados, la música no es solamente un sonido que te acompaña es terapéutica, un psiquiatra silencioso, amigo fiel o amante eterno, la música es una compañía que nos ayuda a darle el sonido/sentido a la vida.
