Una celebración musical de Caracas quedaría incompleta sin la participación del gran Aldemaro Romero.
Nativo de Valencia (Carabobo), en realidad hizo y desarrolló su carrera musical en Caracas. Y a la ciudad le dedicó hermosas canciones, como "Caracas Cuatricentenaria", con una letra llena de picardía y muy buena nota.
Y es que la Onda Nueva, ese ritmo de jazz criollo tan emblemático, no es más que uno de los aportes fundamentales al acervo musical venezolano, y caraqueño, en particular. "De Repente", "Carretera", "El Catire", entre otras obras no son más que la expresión de la caraqueñidad, en clave de armonías contemporáneas y un ritmo maravilloso, que combina lo tradicional con lo urbano. De hecho, hoy en día no es posible entender la movida urbana caraqueña sin la Onda Nueva de Aldemaro Romero.
Pero, sin duda alguna, uno de sus hitos y aportes, o regalos, a la bella Caracas fue ese maravilloso disco emblemático, titulado "Dinner in Caracas", de 1955, el primer LP de Romero. No son composiciones dedicadas exclusivamente a la capital, sin embargo, los arreglos realizados, la estilización de la música tradicional (para la época), le dieron realce y ayudaron a envolver con esta mágica sonoridad el ideal de lo urbano caraqueño para la época. Allí quedaron plasmados piezas como "Alma llanera", "Luna de Maracaibo", "Endrina", "Conticinio", "La reina", "Adiós a Ocumare", "Sombra en los médanos", "Serenata", "Dama antañona", "Fúlgida luna", "Besos en mis sueños" y "Barlovento".
A Aldemaro Romero le hubiera gustado un montón haberse reencontrado con la Caracas de los 450 años, así como estuvo presente en la del Cuatricentenario.
