Cuando la historia es la protagonista
Reseña del artista hecha por:
SongBlog
Si algo caracteriza a los siglos XX y XXI -en lo que a interpretación musical se refiere- es al interés por la música del pasado, la música antigua.
El asunto es que hasta mediados del siglo XX la gente lo que solía escuchar era la música de su propia época, es decir, sin saberlo, hacían y escuchaban música contemporánea.
No es sino hasta los años 40 o 50 del siglo pasado cuando el interés por revivir la música que no fuera de la propia época cobró un auge inusitado; aunque ya en el siglo XIX hubo intentos más o menos serios (como Mendelssohn) que mostraron curiosidad por lo que hacían los músicos de su pasado reciente o remoto.
Por eso, hoy en día, vemos que el público cuenta con una gran variedad de opciones, gracias, además a la existencia de la música grabada, en sus diversos formatos y modalidades. Así, por ejemplo, conseguimos gente que se ocupa de la guaracha, de los bailes de salón de los años 50, gente que revive el foxtrot, o el charleston, así como boleristas tipo Los Panchos o los Cantores del Trópico. Y si a lo académico o clásico se refiere, basta observar los repertorios de las orquestas sinfónicas, que dedican sobre el 60 por ciento de sus programas a la música del pasado, y poco o casi nunca montan obras contemporáneas.
Uno de estos cultores es el español Eduardo Paniagua, quien ilustra nuestra nota de hoy, dedicado a la titánica tarea de grabar la integral de las Cantigas del rey Alfonso X El Sabio, pura música de los siglos XII y XIII, o sea, totalmente medieval.
Esto es uno de los aportes fundamentales de los músicos y oyentes de estos tiempos: la capacidad de ofrecer y disfrutar toda la música posible, de todos los tiempos existentes.