¿Alguna vez escuchaste una canción y sentiste que te describe? No solo sientes tus emociones, te sientes conectado a través de una canción, sientes que no estás solo con ese sentimiento, porque aunque en ese momento no comprendas lo que sucede te alivia saber que alguien siente lo mismo, que alguien te acompaña.
En especial si se trata de canciones tristes, son emociones fuertes, tan normales como la felicidad o la risa, solo que la rabia, la tristeza y la melancolía se siente como son, pero al igual que la felicidad es peligrosa, las emociones en sí son un idicador de cómo nos sentimos, y en sí mismas son iguales, pero no se sienten así, se sienten difrentes porque es fiel reflejo de lo que somos como humanos, cambiamos, eso está en nuestra naturaleza.
Así los sonidos tienen melodías suaves, fuertes, alegres o meláncolicas, más allá del sonido hay una letra que cuenta una historia y es el hilo conductor de la emoción, la canción recoge la emoción, acompaña una historia con instrumentos y un cantante nos conecta con el sentimiento.
Sobre esta canción de la legendaria agrupación Queen, la escuché por primera vez hace siete años, era el Boom de Glee, y cuyos artistas retomaban en la serie canciones con un nuevo sonido y otra voz. Por mi parte, creo que siempre se debe buscar el sonido original, allí está el sentido de todo; una canción que habla de estar lleno de muchas cosas, de lo que se exige socialmente para ser feliz; trabajo y mucho esfuerzo, pero es una plegaria hacia Dios por un amor eros, por compañia, por ese amor que es difrente al amor de Dios, amigos, trabajo, un amor con otro y solo ese otro.
Así los sonidos tienen melodías suaves, fuertes, alegres o meláncolicas, más allá del sonido hay una letra que cuenta una historia y es el hilo conductor de la emoción, la canción recoge la emoción, acompaña una historia con instrumentos y un cantante nos conecta con el sentimiento.