La Hipnosis Mariposa de Paul Desenne
Compositor y violonchelista venezolano, Paul Desenne (Caracas, 1959) es uno de los autores cuya obra, "Hipnosis Mariposa", glosa sinfónica basada en la canción "La Vaca Mariposa" de Simón Díaz, será una de las piezas que conformará el repertorio de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, bajo la dirección de Gustavo Dudamel, y que será llevada a Bogotá, a Londres (en el marco de los Proms de la BBC) y al Carnegie Hall de Nueva York.
Esto es lo que dice Desenne sobre su propia obra: "Esa obra la hice muy rápido curiosamente. Como en dos o tres semanas. La hice de una manera muy natural porque la canción es una cosa que todos conocemos, La Vaca Mariposa. El tema de la canción está como clonado y multiplicado, y tiene mucho que ver con La Vaca Mariposa, pero no es un arreglo, ni de las melodías.
"La gente tiende a pensar que cuando uno hace música venezolana, se hace un arreglo. Para empezar, los arreglos son composiciones porque hay que resolver una cantidad de cosas composicionales cuando uno hace un arreglo, pero en este caso, dista mucho de ser un arreglo porque la melodía está fragmentada y solo se oyen elementos; y es más bien un comentario, una glosa sinfónica. Es el mismo sentido de una glosa con un verso de un poema y desarrollar una estrofa alrededor de ese verso: fue lo mismo que hice con esta obra, como una glosa, donde fragmentos de la canción reciben su desarrollo respectivo, una especie de ilustración.
"Me gustó insistir en el capricho melódico más que en el contenido o en el texto eventual. A veces yo pinto una imagen, por ejemplo, “Y los pericos van y el gavilán” también, y cuando la canción dice esas cosas aparece como una nube de periquitos volando o aparece el silbido del gavilán en la distancia. Aparecen pequeñas cosas ilustrativas como infantiles, me gustó hacer un poco esa cosa ingenua, un retablo.
"También está el becerrito. Al final de la canción aparecen las violas y hay un poco de esa pintura a lo Aquiles Nazoa, como un pseudo-naif que no es ingenuo. Al mismo tiempo hay mucha ciencia del criollismo orquestal que yo he desarrollado, que no es fácil. Yo me tardé unos 25 años en encontrar esa escritura criolla para orquesta, y que cuando ya la obra “suelta el moño” -vamos a decirlo así- entra un desarrollo más caluroso, tiene un merengue, una especie de joropo, un joropo valseado orquestal masivo.
"Cuando entra esa densidad orquestal hacia la segunda parte de la canción, antes de la recapitulación, la escritura sinfónica es muy sutil, es muy trabajada y contiene la experiencia de muchos años haciendo experimentos y obras criollas, que no son folcloristas, pero que son obras donde trato de tradurcir el espíritu ese que tenemos en nuestra música, nuestro arrojo contrapuntístico, polirrítmico o melódico multirrítmico. Todo eso metido en la orquesta, y eso exige cierta experiencia. Esa obra cristaliza un poco esa experiencia que desarrollé en obras anteriores en muchos años. E
"Es una obra que funciona muy bien para este propósito, que es ilustrar el virtuosismo de los muchachos de la Simón Bolívar, porque es una obra que tiene mucho brío, mucha velocidad, tiene metales pasajes grupales muy tupidos, muy elaborados, tiene juegos rítmicos bastante atrevidos, cosas bastante atravesadas que para un oyente europeo pueden resultar muy orginales. Demuestra esas cosas que tiene la orquesta, es una gran postal venezolana al mismo tiempo. Eso es lo siento, representa muy bien lo que es la música venezolana, un condensado poético".
Veamos cómo le irá a la Simón Bolívar de la mano de Paul Desenne en los próximos días.