Charles Bradley y el refinado arte de no perder la Fe
Una característica básica del R&B y por consecuencia, también del Soul, Funk, Hip Hop y todo lo que vino después, es que son conceptos musicales derivados del dolor, del esfuerzo y hasta del sufrimiento.
Con origen en la década de los 40s, el R&B, su sonido y sus canciones eran derivados de las mismas historias de los negros norteamericanos y todas sus aspiraciones, traspiés, problemas económicos o amorosos; además del sexo, el trabajo duro, el racismo y más.
Aunque con los años el género haya mutado -como todo-, sirviendo de inspiración para nuevas generaciones de exponentes como Chris Brown o lo que está haciendo Zayn, por citar ejemplos muy actuales, en un principio más allá del romanticismo y la sensualidad, su sonido se inspiraba en ese dolor y sufrimiento que vivían los negros de la época.
De ahí viene ese feeling especial de leyendas musicales como James Brown, Stevie Wonder, Prince, Sam Cooke, Marvin Gaye, Al Green, Smokey Robinson y tantos más. Artistas que supieron traducir esas historias reales para ellos, a través de interpretaciones y canciones verdaderamente genuinas y llenas de sentimiento.
En ese caso, no hay mejor perfil que encaje con este concepto que el de Charles Bradley. Un resumen de su vida podría hacerse rápido, aunque es injusto con lo difícil que pueda ser protagonizarlo.
Su madre lo abandona recién nacido para dejarlo con su abuela, pero luego lo busca a él y a su hermano cuando apenas son unos niños y se los lleva a vivir a Brooklyn, con el pequeño inconveniente de que es incapaz de mantenerlos y tiene problemas de agresividad. Esto obliga a Charles, ya casi un adolescente sin ningún tipo de educación formal, a tomar las calles y el metro de New York como su casa, entre indigentes y drogadictos.
Con el paso de los años y los múltiples trabajos para poder sobrevivir, logra descubrir la música y sobretodo, la pasión por interpretarla utilizando su garganta y su dolor como instrumento. Así logra transformarse en un imitador profesional de James Brown y hasta inventar su propio personaje Black Velvet; facetas con las que pateó los bares sin ningún tipo de éxito por más de 40 años.
Gran parte de esas historias, así como el asesinato de su hermano mayor, su experiencia cercana a la muerte debido a una reacción alérgica, el renacer musical y hasta la reconciliación años más tarde con su madre, son narradas a lo largo de ‘Soul of America’, un documental sobre Bradley estrenado durante el Festival South by Southwest del 2012.
Pero esto no es ni de cerca lo más impactante de todo. Además de los cuentos trágicos de su vida, el audiovisual también registra como Charles nunca pierde la fe, la pasión por la música ni el amor por la vida y el prójimo. Bajo esa filosofía de vida logra conocer a gente de Daptone Records, para poco a poco y con mucho esfuerzo dar los pasos necesarios hasta materializar un sueño casi imposible a sus 62 años de vida : Editar su primer disco.
Esto sucedió en 2011 con el lanzamiento de ‘No Time For Dreaming’, un primer LP no sólo lleno de R&B, Soul y Funk; sino también de todas esas historias pero ahora en forma de canciones, que contextualizan sus sentidas interpretaciones. Canciones que escribió ayudado de sus músicos y mientras aprendía a leer y escribir con una tutora.
El disco sale, lo empuja el documental y Charles se transforma en un suceso viral que logra dar giras por más de 20 países en todo el mundo, superar con creces las expectativas de venta del álbum (incluido en los 50 mejores de ese año según Rolling Stone), presentarse en festivales como el Bonnaroo o el Austin City Limits y hasta en programas importantes de TV como Jay Leno, Carson Daly o Jools Holland.
Como ya no hay tiempo que perder, en 2013 editaría con también muy buena receptividad su segunda placa ‘Victim of Love’ y hoy día, con 67 años cumplidos, acada de sacar su tercer álbum de estudio titulado ‘Changes’, que es también un genial cover a Black Sabbath incluido en el mismo.
A riesgo de parecer un intenso PauloCohelista, sí creo que Charles Bradley es un ejemplo tangible de que existen las recompensas por el trabajo duro, que vale la pena hacer lo que amas y que nunca es tarde para comenzar desde cero.
Así como hay artistas legendarios que sudan Rock&Roll, de los poros de Charles Bradley sale el más puro R&B, Soul y sobretodo, mucha fe.