Rock como identidad nacional

En las fiestas venezolanas se acostumbra a celebrar La Hora Loca. Cuando los festejos son muy formales como una Boda, las personas se salen del protocolo y los anfitriones tienen prepararados unos cotillones - es un regalo que incluye varios elementos- (pelucas, lentes de colores, sílbatos, entre otros) mientras bailan en grupo cualquier tipo de música, desde rancheras e incluso rock.

Entre esas canciones rockeras está incluido El Martillo, muchos venezolanos conocen esa canción y pocos saben que la banda quien la interpreta es Caramelos de Cianuro.

De esta agrupación recuerdo canciones como Las Estrellas o Verónica, temas que aún escucho y que representaron a toda una generación, para aquellos que no les gustaba mucho el rock, estos dos temas lograron atrapar una multitud y sobre todo a un público femenino, temas como Sanitarios para las atrevidas, también lograron hacer de la suyas; mover la fibra emocional del público. 

Más allá de sus canciones se admira el tiempo que ha logrado mantenerse la agrupación, con la mayoría de sus integrantes y en Venezuela, y cómo sus canciones son atractivas para las nuevas generaciones, sobre todo es una banda que le gusta a personas que no suelen escuchar rock.

Este tema, El Retrovisor lo escuché por primera vez en la radio, iba en un autobus y casualmente estaba pasando por una historia similar a la de la canción.

El argumento de este tema habla de la vida, más allá de una persona, se refiere a una situación. Cuando a veces cometemos el mismo error una y otra vez. El mensaje consiste en decirte algo que ya sabes, es una invitación precisa y exacta:

"... La vida es un viaje, sería mejor disfrutar del paisaje..."