Michael Jackson, Madonna, Paul McCartney y los Rolling Stones son algunos de los artistas que han presentado los más recordados espectáculos de entretiempo del Superbowl. Este año, para celebrar la edición 50 de este encuentro deportivo estadounidense, un trío de estrellas se dispuso a deleitar a los millones de espectadores que, bien desde las gradas o desde el televisor, sintonizaron el show.
Coldplay fue la agrupación principal del evento y, a pesar de esto, fueron los invitados quienes lograron robarse todas las miradas. La cantante Beyoncé y el también bailarín Bruno Mars animaron la noche en lo que fueron presentaciones breves, pero bien dispuestas, donde incluso coreografiaron un reto entre ellos.
Ya en entrevistas preliminares al concierto el cantante de Coldplay, Chris Martin, había anunciado su emoción por la presencia de Beyoncé. "Nos encanta su música. Es una de nuestras favoritas de todos los tiempos y es una de las artistas más maravillosas que haya visto", dijo el músico.
El concierto, que fue menos vistoso que otros en cuanto a efectos especiales se refiere, estuvo orientado a enviar un discurso de aceptación y unión, y culminó con la frase "Belive in love" escrita con carteles en el público. Además, en el show se pretendió realizar un breve recuento de las ediciones anteriores, por haberse llegado ya al medio siglo de presentaciones. En la rueda de prensa, Martin lo anunció de esta manera a los medios internacionales: "Hemos visto todos los otros espectáculos del medio tiempo muchas veces y la mayoría de ellos son fantásticos (...) Creo que vamos a tratar de celebrar esos otros años y con suerte hacer un show tan memorable como algunos de nuestros favoritos".
Un elemento resaltante del show fue la presencia del director venezolano Gustavo Dudamel quien dirigió desde un estrado ubicado en el público a miembros de la Orquesta Juvenil de Los Ángeles. Ellos, indicó Martin, representaban al futuro. Los jóvenes músicos estuvieron con sus instrumentos tocando y saltando sobre el escenario y resaltaron especialmente en la canción inicial, Viva la vida. Al final, aparecieron nuevamente para compartir escenario con Beyonce, Mars y Martin.
Más temprano, ya Lady Gaga había sorprendido al público con la potencia de su voz durante su interpretación del himno nacional estadounidense.