Bowie/ Bieber

Son dos artistas. Justin Bieber, joven, atiende a la gente de su generación, principalmente. David Bowie, fallecido recientemente, atiende varias generaciones. 

La comparación viene a cuento porque ambos, de alguna manera, son noticia, con la diferencia de que Bowie -más allá de la novedad de su muerte- acaba de sacar un disco de lujo, "Blackstar", y si bien es cierto aun no hemos podido escucharlo a plenitud, sí hemos disfrutado los videos que se han publicado.

Cada disco, cada espectáculo de Bowie tiene, tenía, una propuesta, una factura. Y no es porque a sus sesenta y largos años lo haya hecho a punta de veteranía. Desde sus inicios, creó sus alter egos, sus personajes con los cuales se identificaba, e imponía una tendencia. En "Blackstar", Lazarus, con sus ojos cubiertos y sus invocaciones espiritistas, fue el personaje de despedida.

Del otro lado, Justin Bieber derrocha juventud. Y si bien es cierto su talento es fascinante y capaz de enamorar a sus seguidores, la forma como lleva su vida resulta ser más noticiosa que las propuestas musicales del joven canadiense.

"Purpose" tiene temas rescatables, interesantes de escuchar dentro de su tendencia pop juvenil; y un buen trabajo de marketing, una adecuada agenda de conciertos lo pone a vibrar entre sus seguidores. No obstante, sus actitudes ante la vida, su modo grosero de ser -como el desafío a las autoridades en la zona arqueológica de Tulum-, su desenfado, dan más que hablar, y probablemente impulsen más su carrera. ¿Qué pasará cuando traspase la treintena?