Para conmemorar el décimo aniversario del 9/11, el cantante y compositor Paul Simon se asoció con una multitud de dolientes en la Zona Cero, donde tuvo lugar el acto de infamia venenosa, se cuela por siempre en nuestros corazones. El viejo folk y el rock veterano de 69 años acababa de lanzar un nuevo álbum llamado "So Beautiful o tan qué en abril de este año, a una ovación de pie. Los aficionados se alinearon todo para comprar el álbum y también ha cambiado de espectáculos en varios países diferentes que abarca la primavera y el verano.
En un cuatro y un homenaje minuto y medio muy emocionante, Simon jugó un inquietante, sin embargo, la versión vigilia reconfortante de sus clásicos "Los sonidos del silencio", mientras que muchos procedió a bajar la cabeza, trabajadores, campesinos, soldados y funcionarios amy, todo inclinándose la cabeza para tomar el sol en el silencio y la música, una oda algo apropiado para el dolor agridulce de los seres queridos que han perdido en la multiplicidad y el rencor de la tragedia de este día, hace una década.
Con cada línea que Simon cantó, se podía sentir la gracia de la atmósfera sombría, o más bien la tristeza en el silencio que muchas personas tienen en la memoria de las torres que caen en el bajo Manhattan. Era un bien pensado, bien cantado homenaje a la oscuridad que aquellos seres queridos que han perdido han venido a hablar con otra vez - aunque no intencionadamente.
Tras la escena, las visiones de las torres cayendo, la gente gritando, el segundo avión haciéndose un hueco en la torre sur, todos son imágenes que se ven una vez más en este aniversario. Para aquellos en busca de consuelo, no busque más, aquí hay que recordar y ser bendecido una vez más por una de las más brillantes talentos de América. Nos recibió un caluroso aplauso del cantante alcanzó su camino hasta el escenario, claramente rasgueando las notas en la introducción en un estilo folk y mística. A continuación, el relato en las letras llega a buen término y la esencia del momento entra en la visión completa. El, planta sombría tranquila cero, hace una pausa para reflexionar, y para recordar. Algunos lloran en silencio, pero otros simplemente inclinar la cabeza para orar. En este día, los ángeles están sonriendo. Toda la ciudad se detiene cuando los pasos a hasta el micrófono para llevar a cabo. Para todos los interesados a los espectadores, era como si el tiempo se hubiera detenido. El trabajo no fue a reanudarse hasta el final del homenaje.
Las cepas de la guitarra de Simon, en un pulso rítmico, y hermoso si menor tiraron de las cuerdas del corazón de tantas personas afectadas en ese día. Y quién mejor para curar una nación de todos sus gestos de dolor, dolor profundo que no sea el hombre de Nueva York ha llegado a querer durante los últimos cincuenta años. Él es verdaderamente un puente sobre aguas turbulentas a muchas muchas generaciones, ya sea en tiempos de los sólidos, o en momentos de dolor, o tiempos de memoria, así como éste, que aún permanece. Él es realmente la voz del curador, para bien del pueblo estadounidense. Que el resto perdido en paz.