Cerati A Un Millón de Años Luz
Fue una noticia esperada. A sus 55 años, Gustavo Cerati descansa en paz. Cuatro años en terapia intensiva se convirtieron en un suplicio, no solo para sus allegados, sino para sus fieles seguidores quienes entre la incertidumbre, la esperanza y la resignación se mantenían atentos a cualquier hecho noticioso. La noche del 15 de Mayo de 2010 transcurría en un reencuentro de sensaciones entre Gustavo y sus fanáticos venezolanos. Fue una comuna melómana insertándose en una gran celebración, como supone cualquier concierto de rock, esta vez era el consentido argentino quien estrenaba en directo su quinto álbum de estudio Fuerza Natural (2009).
Venezuela fue un país especial para Cerati, último terruño que le dio la bienvenida en vivo. Aquí se mostró en escenarios ya existentes y en otros improvisados: Mata de Coco, Autocine del Cafetal, Teatro Teresa Carreño, Poliedro de Caracas, Terraza del Sambil, La Rinconada y el que más disfrutó por sus pinos, paisaje y emotividad del público: el estadio de fútbol de la Universidad Simón Bolívar, el mismo lugar en el que le dio el accidente cerebrovascular isquémico. Show contundente, reminiscencia del sonido de los años setenta, una atmósfera sonora-trascendental. Ya habíamos visto el regreso y despedida final de Soda Stereo. No sabíamos que podía ser el último show de Cerati. "¿No tienen más nada que hacer esta noche?", decía Gustavo a la audiencia negada a marcharse. Ese recuerdo habita en los presentes de aquella última aparición de Cerati en vida.
SIN SODA Y EN LAS ROKEN
"Fue Venezuela el país al que más nos costó entrar en América Latina. No fue fácil", confesó Gustavo en 2004 durante la prueba de sonido en el Centro Comercial Sambil, en Caracas, cuando apareció con su proyecto electrónico Roken. Estaba haciendo memoria del histórico concierto de Soda Stereo en Mata de Coco junto con Sentimiento Muerto a finales de los años ochenta. "La verdad no éramos muy conocidos en ese momento".
En su mente había reminiscencias de Cayayo Troconis, el fallecido cantante y guitarrista de Sentimiento Muerto. “Recuerdo la personalidad fuerte que tenía , era irreverente y talentosoCayayo”, me contaba Gustavo previo a su show con Roken. Luego le tocó trabajar con el bajista, ingeniero y productor venezolano Héctor Castillo, compañero de Cayayo en Dermis Tatú.
Esa tarde vi a un Gustavo desinhibido, curioso, abierto al conocimiento musical, con ganas de libar conocimientos de sus compañeros. En Roken era el centro de atracción mediático, internamente un novato en los laboratorios creativos de la electrónica. Sus músicos Flavio Etcheto y Leandro Fresco tenían el control de todo. "Somos los tres haciendo música. Es puro divertimento musical".
ENTRE CANIBALES MEDIÁTICOS
La primera vez que me topé con Cerati fue en la presentación de su disco oficial como solista. Si bien en su etapa Soda Stereo había editado Amor Amarillo (1993), el álbum Bocanada (1999) suponía la entrada como solista del guitarrista, compositor y productor argentino. El paso por el rock psicodélico experimental al coqueteo electrónico fue muy bien aplaudido.
Pasó por Caracas en el 2000 con un aura de madurez personal, desmembrando toda idea rockstar, producto de su adolescencia dentro de una de las bandas más importante de la historia del rock latinoamericano. “Tienes que verme tomando un autobús”, bromeaba Gustavo sobre la natural manera de llevar su vida. Detrás de su arquetipo artístico y su intelectualidad musical, Cerati empezaba a mostrar humanidad ante los medios.
Al finalizar el encuentro con los periodistas nos presentaron y acordó asistir a una fiesta privada en La Florida en una urbanización ubicada al este de Caracas, era el cumpleaños del promotor Félix Allueva, presidente de la Fundación Nuevas Bandas, un los entes culturales mas longevos de Latinoamérica. Cerati no dudo en aparecer en la velada. Introspectivo, natural, amigable, estaba ávido de la escena y sus protagonistas.
TRÁTAME SUAVEMENTE
La nostalgia es un ejercicio humano para hurgar gratos recuerdos con la finalidad de posarnos en la magnificencia de las memorias. Quienes han recolectado sensaciones a través de la música, reconocen en Gustavo Cerati el culpable de momentos de la historia contemporánea del rock a su mayor influencia El nombre de Gustavo Cerati está incrustado en dos generaciones musicales como uno de los artistas latinoamericanos más creativos de su generación y un pilar fundamental para entender el rock en español de los últimos 30 años.
Junto con Soda Stereo editó siete discos de estudio y cuatro en directo; como solista lanzó cinco álbumes. Entre sus trabajos discográficos en colaboración con Daniel Melero, hizo Colores Santos. Con las agrupaciones Plan V y Ocio salieron a la luz dos producción con cada uno. En una entrevista Cerati aseguraba: "El arte te da la posibilidad de mentir, de imaginar, de cambiar los esquemas. Ojalá me animara a mucho más de lo que me animo. De eso se trata ser artista: de animarse, de ser cara rota, pero con talento". Eso fue lo que siempre dio a sus seguidores.
Artista inquieto y prolífico, Cerati sabía controlar sus movimientos en los límites entre el rock, el pop y la electrónica. Pisaba firme en estos territorios. Su particular estilo metafórico para escribir canciones, le daban la capacidad de dibujar retratos imaginarios que, motivados por la sensación musical que creaba, eran parte de su sello. El elemento metafórico y la construcción de frases dentro de diversos contextos narrativos hacen de Gustavo su trademark lírico, el argentino magistralmente aprendió a usarlas contra el dogma de que hacer rock en español no está bien y forjó su camino.
Cerati representó la inquietud de una generación que estaba descubriendo su identidad musical. Un guitarrista imponente criado desde las bases de The Police hasta la psicodelia de Pink Floyd y la contundencia de Led Zeppelin. Fue un genio, un maestro de la seducción sonora y culpable de darle arte y buen gusto al rock latinoamericano con su toque de sensualidad. La estética, el sonido, la personalidad de un músico que se inició entre el new wave para mostrar sus facetas pop, psicodélicas, experimentales rockeras, electrónicas y humanizar el trayecto en legado musical, en ocasiones a través de la fuerza que desarrolló como eximido guitarrista en proceso, le dan la importancia y carácter que la música contemporánea latinoamericana le sabrá agradecer.
¡Gracia por tus canciones!