Violinista en el asfalto: Wuilly Arteaga

El joven Wuilly Moisés Arteaga se ha convertido en todo un suceso de la música y de la protesta. En los últimos días ha sido el protagonista de las manifestaciones que se han realizado en Caracas: al frente, carne de cañón, en la vanguardia, empuña el violín y toca, sobre todo, el Himno Nacional de Venezuela. Muchas veces debe  replegarse para evitar ser alcanzado con los gases lacrimógenos. Por eso se cubre con una bandera venezolana, usa pañuelo tricolor.

Hace una semana, el 22 de mayo, un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) le arrebató su violín. Wuilly se aferró a las cuerdas. El instrumento se fracturó, el GNB, montado en una moto, se llevó el instrumento. Wuilly lloró, imploró, “por favor devuélvame mi violín”. El GNB se condolió, y lo regresó. Tanta fue la alegría del muchacho por recuperar su mortal arma, que se abrazó al guardia y le agradeció el gesto.

Pero el violín ya no sonaba. De inmediato, la historia del violín roto se  viralizó y hasta el momento, son varios los violines que ha recibido el joven integrante de la Sinfónica Juvenil de Caracas, siendo el más emblemático el que le regaló el cantante Oscarcito.

Ahora, es conocido como “el violinista de las protestas”. Y ese GNB recibió su perdón, cuando el 25 de mayo Wuilly escribió en su Twitter: “En nombre de Dios perdono a los GNB que me destrozaron el violín. Mi mensaje es para todos, mi música es para todos. Por una Venezuela unida”.