Este año 2017, dos eximios músicos venezolanos son conmemorados y honrados de la mejor forma posible: tocando siempre su música.
En primer lugar, Teresa Carreño, la eximia pianista caraqueña. Su modo de tocar, su pasión se convirtió en noticia universal: París, Nueva York, Berlín, Cuba, España y, por supuesto, Venezuela fueron algunos de los escenarios donde se presentó.
Niña prodigio, nació en Caracas el 22 de diciembre de 1853. Su padre, el autor del “Manual de Urbanidad”, Manuel Antonio Carreño, tuvo que salir de Venezuela siendo Teresa una chiquilla, y debido a su talento tan prodigioso, comenzó a dar conciertos desde pequeña.
Luego de una vida llena de grandes satisfacciones y grandes decepciones personales, de una vida dura por estar separada de sus afectos, pero plena en aplausos y reconocimientos –tocó con Franz Liszt y para el Abraham Lincoln-, Teresa Carreño falleció en Nueva York el 12 de junio de 1917, a los 63 años de edad.
Por eso, el mundo musical la celebra y conmemora.
En segundo lugar, Antonio Lauro, compositor y guitarrista nacido en Ciudad Bolívar el 3 de agosto de 1917. Tan grande y honda es la impronta que este músico ha dejado en los guitarristas del mundo (no solo de Venezuela) que todos los 3 de agosto de cada año, se interpreta al menos una obra de Lauro, al menos su célebre valse No. 3, también conocido como “Natalia”.
Lauro fue, en el siglo XX, el músico que puso a Venezuela en el mapa mundial de la música, sus obras son de estudio obligado para todos los guitarristas del planeta, por lo que el autor venezolano más tocado en el mundo es, precisamente, él.
Carreño y Lauro son, entonces, objeto de veneración por parte de las generaciones recientes de venezolanos, y este es su año jubilar.