La Vida Bohème y su tercer disco

La lucha, el tercer disco de La Vida Bohème, una banda que genera pasiones entre los más asiduos seguidores de bandas venezolanas. Por eso, considero pertinente hablar de un álbum que no superó mis expectativas. Hay que escucharlo con pinzas. Si bien hay canciones que enganchan fácilmente y cautivan por el mensaje transmitido, hay otras que resultan tediosas y redundantes. Los que me conocen saben que me gusta la banda desde hace aproximadamente siete años. La primera vez que los vi en concierto fue en julio de 2010, cuando se presentaron en la plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes. Nuestra, su ópera prima, sigue siendo mi favorito. El siguiente, Será –por el que ganaron el Latin Grammy– fue un loable trabajo por avanzar en su sonido, una búsqueda para no encasillarse con un sonido que atrapó a tantos entonces. Sin embargo, con La lucha pareciera continuar esa exploración, pero por momentos  entran en un limbo que confunde y hace que una pierda el interés. Me refiero estrictamente a la música, pues rescato las letras de varias de las canciones, ese sentimiento de la diáspora, de rendir honor a los caídos, la reflexión de ver el caos desde lejos, el país, la furia, la nostalgia, la decepción y la esperanza a pesar de todo.