Llegó la Navidad y con ella su sonido musical. La tradición venezolana destaca el género Parranda como un tipo de "Villancico" tan sabroso para bailar, celebrar y sumar a la banda sonora de nuestras vidas, de una época tan bonita como la Navidad.
Desde su concepción relgiosa la Navidad respresenta la llegada del niño que salvaría a la humanidad de sus pecados. La esperanza de una vida mejor, el regalo más profundo de Dios para la humanidad, para nosotros.
Por su parte, la música hace lo suyo, nos refleja, nos recuerda, nos abraza desde el lugar donde uno se encuentre.
En Venezuela la Gaita es uno de esos géneros que nos representa desde el litoral del País, justo en Maracaibo y cuyo sonido nos recuerda nuestra identidad nacional; el compartir en familia, perdonar, celebrar lo bueno.
La Parranda como su nombre lo indica en el diàlecto o conocido popular venezolano se refiere a "Fiesta", "Festejo", "Bochinche".
De esta pieza de fondo, un regalo del maestro Simón Díaz. Una pieza hermosa, que en años anteriores no había apreciado más allá de bailarlo. Porque si algo distingue al venezolano es la capacidad de "bailar" sus problemas.
Sin embargo, este año, para muchos venezolanos y para nadie es un secreto lo duro que ha sido, no solo emocionalmente, sino econòmico, política y socialmente.
Y me pasó con esta canción la escuché en vivo en la voz de una de las corales que pertence a uno de los tantos nucleos de Orquesta Sinfónicas Venezolana. Justo en una graduación.
Se supone que parranda, Navidad, celbración puede subirle el ánimo a cualquier persona, pero en ese momento al escuchar la letra de la canción, comecé a llorar de tristeza.
Sobre todo con esta parte de la canciòn "Bríndale la calma que tanto le falta al venezolano"
Si bien la música tiene un rasgo cultural que permite que te identifique.
En ese momento cuando llorars o te ueve la fibra emocional de una canción, no solo es una emoción, es el resultado del poder de la música, de llegar más allá de un sonido, de recordar lo que fuiste, una brujúla que funciona en el momento en que puedes sentirte perdido.
Poesía en si misma, esperanza, amor, respeto para los venezolanos, para el País.
"Dámele ternura al Venezolano".
¡Feliz Navidad!
