De acuerdo a nuestro humor decidimos cuál sonido escuchar, si queremos tranquilidad buscamos sonidos suaves, si queremos despertarnos en la mañana, preferimos sonidos más bailables.
Nuestra capacidad de conectarnos en el momento y con un sonido, nos hace vivir en el presente, cuando los pensamientos, el momento y los sentimientos están en el mismo nivel, solo disfrutamos, nos sentimos de mejor humor, hay algo que cambia y es nuestra forma de ver las cosas.
Todo es más sencillo como música, a veces el sonido de nuestros pensamientos y la insertidumbre de nuestros pensamientos no nos dejan en paz, y aunque una canción no sea paz, sino sonidos, esos sonidos te dicen de frente, recogen todo y te ayudan a centrarte, tal vez a liberarte.
Se suele creer los sonidos desconcentran, pero no, pueden ayudarte a centrarte en el momento que estás viviendo, por ejemplo al trotar o en al hacer alguna actividad que requiera un tipo de energía en especial.
Por ejemplo al hacer deporte o visitar un gimnasio y darte cuenta de la música que se escucha, es música alegre, dinámica, la idea es que te manetangas activo y en sintonía con el sonido para que puedas motivarte durante el entrenamiento.
De la misma forma de la música que se escucha en un gimnasio, también hay música especial que se escucha en un ascensor, necesitas mantenerte en calma, esperar, y como se trata de un ugar cerrado, es importante conectarnos con emociones que nos ayuden a relajarnos.
No se trata de una conexión, sino de algo que trasciende a nuestras necesidades más básicas, tales como concentrarnos, la música que escuchamos están enfocadas en nuestras necesidades más básicas, como esperar y movernos.
No se trata si nos gusta o no sino que nos gusta dependiendo de nuestras necesidades.
Y estas necesidades está sujetas a los sentimientos y pensamientos.