El sabor latino

Suelen decir que es mejor reír para no llorar. Solían decir que el venezolano tenía la capacidad de reirse de sus desgracias y eso le ayudaba a ser más feliz. El humor venezolano, por ejemplo, es muy negro, es una catarsis efectiva dada a la crisis social, política y económica, que para nadie es un secreto, atraviesa actualmente nuestro país. Pero poco a poco ese humor ha desaparecido, es tan real que duele.

Siempre me había dado curiosidad los paradigamas que limitaban a la sociedad a :  los hombres no lloran. Sear hombre o mujer no puedes estar triste. Nadie quiere ver gente triste. Pero las emociones, en su justa medida, indican qué está pasando con el ser humano.

Es un termómetro, nos dice que algo está o no bien.

Precisamente esas emociones son fuente de inspiración musical y el sonido que les acompañan, refleja el clima que nos rodea.

Los ritmos caribeños aunque tengan una canción con una letra sobre la tristeza, dolor, desamor o cualquier tema afin, tienen un sonido que invita a reconocer los sentimientos y a superarlos es su justa medida.

Aunque esta canción (Lloraré las penas) no tiene que ver con Venezuela, ni el artista tiene esa nacionalidad refleja ese sentir, posee esa capacidad de conectarnos sin importar la distancia geográfica.

Al fin de cuentas el sabor latino, nos conecta, como la música a tráves del tiempo en una sola voz.