Todos tenemos una canción que al escuchar durante unos segundos , ya sabemos la letra, de quién es el tema o el género. Es como si una emoción invadiera todo tu cuerpo y mente, dando la sensación de que el tiempo se detiene, no importa lo que pasa alrededor ni quién te está hablando. En ese momento, te conectas con la música y tiene toda tu atención.
Te recuerda momentos, te hace sentir en el presente, comienzas a tararearla hasta que la persona que está a tu alrededor se da cuenta, la gente te mira y a ti te da igual. Es tu momento es tu canción, es todo tuyo, el mejor regalo de la vida, un momento para ti.
Creo que la primera vez que escuché este género y tal vez esta canción, fue porque mi tío la escuchaba, era como un sonido que me hacía/hace imaginar el vaíven de las olas, o una hamaca en movimiento. Es un sonido que viene y va, no se termina de ir.
En lo personal, antes no era tan fanática de los discos, en mi niñez, aún habían casets, disco de vinil incluso, no era tan sencillo adquirir ese sonido que te cautiva durante unos minutos en casa de alguien o cuando escuchas la radio.
Pero así es la música, de repente viene y va, pero cuando regresa, se viene sobre ti como una ola lo suficientemente suave para aliviarte la pena, el dolor, y a la vez, es tan fuerte como para hacerte despertar.
Hace unos meses me hice mi propio significado de esta canción y creo que se podría dedicar a alguien que -como le decimos en Venezuela- te está cayendo (cortejando, enamorando, echando los perros).
Los Pericos y sus amigos lo cantaron directo y sencillo ¡Cuídame bien que lo mio es serio!