La perspectiva de Aiden Rose sobre "Habitación 7: El pecado del ángel"

Soy Aiden Rose, cantante, compositor y productor, y construyo un mundo cinematográfico a través de mi música. Mi arte se encuentra en la intersección del R&B oscuro, el trap-soul y las vibras alternativas. Cada canción es una "habitación" en el Motel Rose, cada una con su propia historia y emoción.

Es ver la belleza en el caos. Es tomar el dolor, la tentación o la angustia y convertirlos en algo que la gente pueda sentir y con lo que pueda conectar.

A veces, sí, el camino puede sentirse aislado. Pero mi esposa, mi familia y mi círculo cercano me mantienen con los pies en la tierra. Y, sinceramente, mi música me mantiene conectado con gente que aún no conozco.

Imagina registrarte en un motel iluminado con neón a medianoche. Cada habitación cuenta una historia seductora, inquietante y emotiva. Mi música es R&B oscuro y trap-soul con un toque cinematográfico, creada para hacerte sentir como si estuvieras viviendo la escena.

Como adentrarse en un sueño donde el placer y el dolor se fusionan. Es melódico, cinematográfico e hipnótico: te atrapa con vulnerabilidad, pero con un toque de peligro.

6lack. Es un maestro en crear mundos inmersivos y combinar emociones oscuras con la energía del estadio. Ese es precisamente el camino que quiero seguir para crear música que se sienta como una película que vives dentro.

Tentación, desamor, resiliencia y autodescubrimiento. El concepto de "Motel Rosa" me permite explorar las habitaciones en las que todos entramos: el deseo, el dolor y la sanación, y dejar que los oyentes encuentren su propio reflejo en la historia.

He pasado de experimentar con ritmos y escribir a crear conceptos cinematográficos completos. Mi sonido se ha vuelto más complejo, combinando emoción pura, visuales cinematográficos y una narrativa inmersiva, no solo canciones, sino también creación de mundos.

R&B oscuro, trap-soul y hip-hop alternativo. Sala 7: Angel's Sin combina melodías melancólicas con energía seductora, diseñadas para hacer sentir tanto el peso como la emoción de la tentación.

De niño, conduciendo con mis padres, cuando sonó una canción que silenció todo el coche, salvo la música. Ese momento me mostró cómo una canción puede cambiar la energía y las emociones al instante.